UN ENFOQUE INTEGRAL PARA ENCARNACIÓN CON UN CENTRO DE CONVENCIONES TRANSFORMADOR

El proyecto ganador del concurso público para el Centro de Convenciones para la ciudad de Encarnación, autoría de los arquitectos Sebastián Domaniczky y Matías Ortiz, busca que la arquitectura pública intervenga el territorio y, sea capaz de trascender la sola funcionalidad operativa de los programas, para perseguir la regeneración ambiental, urbana y social.

Esto permitirá que, por medio de prácticas y directrices, favorezcan la incorporación de dichos conceptos como condiciones fundamentales de una arquitectura pertinente y ambientalmente sostenible, sino que rebautizando a los edificios como “Centros Cívicos y de recuperación ambiental” que incorporen mayor complejidad a nivel urbano, ambiental y social.

La construcción de la hidroeléctrica de Yacyreta formó parte del proceso de modernización del país, generando grandes transformaciones a nivel tecnológico y regional, que, junto con la elevación de la cota de embalse del Rio Paraná, implicaron un alto costo territorial y ambiental, cuyos impactos sociales aún no han sido del todo sanados.

Este evento trajo consigo una suerte de compensación económica en infraestructuras de gran envergadura como extensas costaneras y rellenos de tierra, que han enterrado una buena parte de la memoria histórica y medioambiental de las ciudades afectadas.

 

Estas transformaciones han generado un nuevo paisaje urbano en contacto más directo con el agua, con nuevos hitos como la afamada playa San José, Carmen del Paraná, entre otras, que propusieron una interesante dinámica pública que espera consolidarse con la preexistencia conservada, por medio de respuestas integrales, interdisciplinares y colectivas.

 

Los autores observaron que la transformación de Encarnación, ha dejado un escenario de “Tabula Rasa” a lo largo de su frente costero, donde los rellenos se han constituido en planicies sin vegetación a causa de un suelo infértil y compactado, que dificulta en gran medida la regeneración del ecosistema local.

Reforzando la idea de recomponer la grilla ambiental del frente costero, proponen renombrar al conjunto de 3 edificios como Centros de Regeneración Ambiental y Urbana – CRAU, dentro de los cuales se encontrará el Centro de Convenciones como punto de arranque y modelo para pensar el sitio de intervención no solamente como una unidad independiente en la primera manzana, sino en las dos contiguas como una unidad tripartita, que con un mismo criterio arquitectónico, genere un sistema vinculado tanto en sentido Norte – Sur (las 3 manzanas laterales) como en el sentido Este – Oeste (eje parque lineal, playa, rio) para obtener un frente urbano que respalde y contenga al espacio público.

 

Estos edificios están concebidos como contenedores de espacio en sombra, que sean capaces de dar respuesta a la variedad de actividades programáticas previstas en el concurso, como también las necesidades de futuras etapas, resueltas en un mismo conjunto arquitectónico.